El sábado 3 de Noviembre fui a ver la película Bohemian Rhapsody en cine, que es una película biográfica sobre Freddie Mercury y la banda de rock Queen.
El argumento gira en torno a Freddie Mercury (Farrokh Bulsara como nombre real) y va contando cómo va evolucionando a lo largo de los años, desde que es un estudiante y trabajador hasta conocer a Brian May y Roger Taylor y más adelante a Tim Staffell fundando así la banda Queen. Aunque se enfoca en Freddie Mercury nos muestra la evolución de la banda desde su primer álbum hasta el sencillo Bohemian Rhapsody, cuando (hacia los 80) ya logran el éxito pero aún tienen que enfrentarse a ciertos problemas y diferencias.
En la película los responsables son conscientes de que las canciones son las verdaderas protagonistas de la función, por eso adquieren un papel fundamental. No solo se convierten en el hilo conductor de la trama, sino que hay una voluntad específica de poner en foco su valor a través de los procesos de composición de cada una de ellas, en especial el de ‘Bohemian Rhapsody’. Hay espacio para todos los grandes temas de la banda, desde el ‘Somebody to love’ al ‘I want to break free’ hasta llegar a la apoteosis final del concierto Live Aid con ‘We are the champions’ y ‘The show must go on’. ¿El resultado? Todo el mundo sale tarareando las melodías. La película es un auténtico karaoke.
El magnetismo y personalidad de Freddie Mercury continúan constituyendo el principal motor de arrastre para buena parte de un público que lo identifica con la encarnación máxima del icono, la leyenda del rock.
Queen en el Live Aid de 1985 (real Live Aid).
La presencia de Freddy se encuentra presente, con sus luces y sus sombras, en cada uno de los fotogramas de la película y de eso sin duda es responsable el actor que lo encarna. Rami Malek (actor de Freddie Mercury) se aleja de la caricatura para impregnarse del rotundo carisma que tenía el artista, de su dominio del escenario, su presencia totémica en él y, al mismo tiempo, su fragilidad en la intimidad para bordar un papel por el que podría estar nominado al Oscar. No era un reto nada fácil al que se enfrentaba y sin embargo Malek ha conseguido que, de alguna manera, el espíritu de Mercury permanezca vivo durante el metraje de la película y que el espectador no pueda apartar la vista de él.
Las mejores escenas bajo mi punto de vista:
Y el trailer final de la película:
Comentarios